El átomo es un constituyente
materia ordinaria, con propiedades químicas bien definidas, que mantiene su
identidad. Cada elemento químico está formado por átomos del mismo tipo (con la
misma estructura electrónica básica), y que no es posible dividir mediante
procesos químicos. Está compuesto por un núcleo atómico, en el que se concentra
casi toda su masa, rodeado de una nube de electrones. El núcleo está formado
por protones, con carga positiva, y neutrones, eléctricamente neutros. Los
electrones, cargados negativamente, permanecen ligados a este mediante la
fuerza electromagnética.
En física, el término cuanto o
cuantio (del latín Quantum, plural Quanta, que representa una cantidad de algo)
denotaba en la física cuántica primitiva tanto el valor mínimo que puede tomar
una determinada magnitud en un sistema físico, como la mínima variación posible
de este parámetro al pasar de un estado discreto a otro.1 Se hablaba de que una
determinada magnitud estaba cuantizada según el valor de cuanto. Es decir,
cuanto es una proporción hecha por la magnitud dada.
La teoría de la relatividad está
compuesta a grandes rasgos por dos grandes teorías (la de la relatividad
especial y la de la relatividad general) formuladas por Albert Einstein a
principios del siglo XX, que pretendían resolver la incompatibilidad existente
entre la mecánica newtoniana y el electromagnetismo.
La segunda, de 1915, es una teoría de la gravedad que reemplaza a la gravedad newtoniana pero coincide numéricamente con ella en campos gravitatorios débiles. La teoría general se reduce a la teoría especial en ausencia de campos gravitatorios.